domingo, 6 de mayo de 2012

La Peña se vistió de primavera,
florecida de rojas amapolas
de sangre, por el campo-mar sin olas,
se entristeció la parda barbechera.
Agosto levantaba su bandera
y las tierras con el sol quedaban solas.
la muerte hizo sonar sus caracolas
asomando plural su calavera,
Y un clamor elevose hasta los cielos
proclamando blancores de azucena
para un linaje limpio como el oro;
Mas quebró la injusticia los anhelos,
Y el pueblo, consumada la condena,
en la Cruz engarzó su amargo lloro.
Autor: Miguel Calvo Morillo

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